La violencia y los ‘medios’ de comunicación: Libertad de expresión y recepción.

Los autores tenemos todo el derecho de decir lo que queramos, pero la gente tiene todo el derecho de decidir qué quiere leer, ver y oír –«recibir»–. Para impedir que un derecho viole al otro, nada más fácil que exigir que todo producto cultural anuncie en su portada (o antes de su transmisión), la presencia de elementos que resulten transgresivos para un porcentaje significativo del público que se verá expuesto a ellos, de tal forma que cada uno pueda decidir lo que quiere ver. Pero para que esto funcione adecuadamente, todos los productos culturales han de verse obligados a hacerlo, y se ha de establecer además canales para todo tipo de contenidos en función de su público probable.